domingo, 23 de septiembre de 2012

FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN FÍSICA


FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN FÍSICA:

El objetivo de la Educación Física es educar y el del deporte ganar. Son objetivos diferentes y el proceso de formación ha de ser diferente.

No es practicar un deporte sino el proceso que ha de seguir un individuo para conseguir ser un buen deportista, y este proceso puede ser educativo o no. Puede ser incluso autodestructivo. Para asegurarnos que eso no suceda hemos de realizar práctica de Educación Física, porque el atractivo que tiene el deporte en nuestra sociedad puede desviar los intereses educativos de la práctica de actividad física.

La educación física y deportiva del ser humano no puede estar fundamentada en las ideologías del deporte actual como los valores higiénicos y de salud, el hombre que supera a la naturaleza, y otras connotaciones más modernas, que son una amalgama de ideales propios de la sociedad consumista y tecnológicamente industrializada. Debe basarse en la ciencia para configurar un tipo de práctica que comprometa íntegramente a la personalidad del individuo, que es un objetivo intemporal y prioritario.

Consideramos a la práctica deportiva, así constituida, como insustituible en la educación de la persona del alumno y este tipo de prácticas incluidas en otras con la misma filosofía de la acción motriz, constituyen la denominada Educación Física y Deportiva, que debe ser entendida como la educación que se logra a través de las estructuras físicas que soportan el movimiento humano que son capaces de configurar la totalidad de la personalidad del alumno.
Lo educativo de las prácticas deportivas no es el aprendizaje de sus técnicas o tácticas, ni siquiera los beneficios físicos y psíquicos de una buena preparación física que sustenta su rendimiento, sino que lo realmente y único educativo son las condiciones en que puedan realizarse esas prácticas que permitan al deportista comprometer y movilizar sus capacidades de tal manera que esa experiencia organice y configure su propio yo, logre su auto-estructuración.

Debemos no adjudicar ciertos valores educativos a tal deporte, y tales otros a aquel otro; este o aquel deporte será más o menos educativo, no por su riqueza en gestos técnicos, no por su profusión táctica, sino, por cómo ese entrenador articula las condiciones en las que el deportista aprende esa especialidad, y en qué situaciones desarrolla su competición.

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